Morphing procedural de copas en Cinema 4D y Redshift, realizado por el artista Víctor, un Motion Designer chileno viviendo actualmente en Italia. Hace año y medio, decidí emprender como freelance después de mudarme de Washington, DC a Milán. Mi formación académica se centra en Comunicación Audiovisual, específicamente en televisión. Desde que descubrí After Effects, me enamoré de la animación y la incorporé en todas mis creaciones.
Mi experiencia en producción televisiva me ha proporcionado una sólida base en narrativa y desarrollo de proyectos. Además, mis conocimientos en software 3D me permiten aplicar conceptos de composición, iluminación y configuración de cámaras en mis trabajos.
Estoy emocionado de compartir mi pasión por el diseño de movimiento y cómo combino diferentes habilidades para crear piezas únicas y cautivadoras. ¡Acompáñenme en este viaje creativo!
Primeros pasos con Cinema 4D
Siempre trato de mantenerme actualizado sobre lo que está sucediendo en la industria, absorbiendo toda la información disponible. Recuerdo que empecé a escuchar más sobre Cinema 4D en mi radar (en Twitter) y decidí probarlo. Mi primera experiencia con el software fue intimidante; me sentía perdido y no lograba obtener resultados. Sin embargo, mi deseo de crear piezas asombrosas al estilo de las animaciones que admiraba en Vimeo era más fuerte, y ya no me bastaba con usar solo After Effects. Después de tres meses, decidí darle otra oportunidad.
Los primeros días fueron todo un desafío, como caminar a ciegas sin encontrar resultados. Pero no me rendí. Había una barrera inicial que debía superar. Después de esa primera semana, las cosas comenzaron a tener sentido. De repente, pude ver la luz al final del túnel y el software comenzó a abrirme un mundo de posibilidades creativas.
Un enfoque accesible: Cinema 4D
Aunque hay otras opciones en el mercado, Cinema 4D se ha convertido en el estándar actual para el diseño de movimiento. Es más accesible y amigable en comparación con otros programas 3D, y su diseño de interfaz de usuario facilita la transición desde aplicaciones como Photoshop o After Effects, ya que comparten una lógica similar.
Con la disponibilidad de motores de renderizado basados en GPU, ya no tengo miedo de lograr realismo en mis proyectos. Anteriormente, recrear la realidad, especialmente para satisfacer las expectativas de los clientes, era algo que quería evitar a toda costa, ya que podía convertirse en una pesadilla interminable. Sin embargo, trabajar con motores como Redshift u Octane ha abierto nuevas posibilidades, como los reflejos y las refracciones. Aunque es fácil perderse en la iteración y los ajustes minuciosos durante horas, esta flexibilidad me permite descubrir y experimentar mientras trabajo, en lugar de tener un objetivo fijo al que luchar por alcanzar.
Una de las partes más divertidas del proceso es el desarrollo de la apariencia visual. Es como una sesión de improvisación, donde puedo explorar diferentes opciones y descubrir qué funciona mejor para cada proyecto. Esta libertad creativa añade emoción y sorpresa a mi trabajo.
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